martes, 24 de marzo de 2020

La Llaga Que Él Causó

DIOS habla de Sus propósitos para todos nosotros, sus hijos, en Isaías 30.1-26.
Isaías 30.1 “1 ¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado!”
En los días difíciles, nuestros miedos, nos llevan a buscar ayuda, pero muchos tomamos consejos de nuestro entendimiento, o de otros, y no de DIOS. Esto nos lleva de tropiezo en tropiezo sin hallar el camino correcto.
Isaías 30.9–11 “9 Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová; 
10 que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras; 
11 dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel.”
Porque somos hijos rebeldes y mentirosos que nos apartamos de los Mandamientos y de Su intimidad. Pero es tanto el amor (incomprensible para nuestra mente) y misericordia de DIOS que El espera y nos da tiempo para volvernos a El. Y siempre, con tanta paciencia, nos busca de nuevo, una y otra vez.
Isaías 30.18–26 “18 Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él.
19 Ciertamente el pueblo morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá. 
20 Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus Isaías maestros. 
21 Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda. 
22 Entonces profanarás la cubierta de tus esculturas de plata, y la vestidura de tus imágenes fundidas de oro; las apartarás como trapo asqueroso; ¡Sal fuera! les dirás. 
23 Entonces dará el Señor lluvia a tu sementera, cuando siembres la tierra, y dará pan del fruto de la tierra, y será abundante y pingüe; tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en espaciosas dehesas. 
24 Tus bueyes y tus asnos que labran la tierra comerán grano limpio, aventado con pala y criba. 
25 Y sobre todo monte alto, y sobre todo collado elevado, habrá ríos y corrientes de aguas el día de la gran matanza, cuando caerán las torres. 
26 Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la herida de su pueblo, y curare la llaga que él causó.”
Nuestro DIOS renueva cada día Sus Misericordias (Lamentaciones 3.22-23) y a los que permanecen traerá bendiciones (v.18-19)
DIOS mismo permite que tengamos adversidades y aflicciones (v.20) con algún (o varios) propósito específico. La congoja es una pena muy intensa por una gran desgracia o temor a que suceda, y la angustia es un sentimiento de aflicción intenso a causa de un gran peligro o la amenaza de una desgracia. Pero nuestro Maestro, nuestro Ayudador, el ESPÍRITU SANTO no nos será quitado, siempre podremos contar con El, y además, lo veremos, esto es entraremos en intimidad con El. 
Y el ESPÍRITU SANTO nos guiará y no dejará que nos apartemos del camino correcto (v.21)
Solo entonces podremos limpiar nuestro corazón de ídolos, vicios, amarguras, rebeldías, maldiciones, y vamos a tener la autoridad de decirle a cada uno: “Fuera de mi vida en el nombre de JESÚS” (v.22)
Cuando liberamos y limpiamos nuestro interior, cuando caen las murallas (esquema de pensamiento) que nos separaban de ELOHIM, El nos trae las bendiciones (v23-25), no tenemos que ir a buscarlas sino que las bendiciones nos alcanzarán (Deuteronomio 28.2).
Es muy ilustrativo como está en otra traducción la palabra de Isaías 30.24 “24 Los bueyes y los burritos que aran la tierra comerán trigo, cuya pana será llevada por el viento” (La Biblia al Día) El viento traerá la provisión de alimentos, el viento traerá prosperidad, no nuestro esfuerzo, no nuestra mente, no nuestra habilidad. La gloria sea solo para DIOS. Y esta prosperidad todos la verán, y será siete veces mayor (v.26)
JEHOVÁ cierra y restaura las heridas que El permitió con el propósito de rescatarnos y renovarnos para vivir íntimamente con El.
Todo esto alcanzamos con solo desear, confiar y permanecer en El.
Vivimos tiempos complicados y de incertidumbre pero ELOHIM, bendito sea El, dice en Isaías 30.15 “15 Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza...”

lunes, 23 de marzo de 2020

Hasta Aquí Nos Ayudó JEHOVÁ

1º Samuel 7.3–12 “3 Habló Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad los dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y preparad vuestro corazón a Jehová, y sólo a él servid, y os librará de la mano de los filisteos.
4 Entonces los hijos de Israel quitaron a los baales y a Astarot, y sirvieron sólo a Jehová. 
5 Y Samuel dijo: Reunid a todo Israel en Mizpa, y yo oraré por vosotros a Jehová. 
6 Y se reunieron en Mizpa, y sacaron agua, y la derramaron delante de Jehová, y ayunaron aquel día, y dijeron allí: Contra Jehová hemos pecado. Y juzgó Samuel a los hijos de Israel en Mizpa. 
7 Cuando oyeron los filisteos que los hijos de Israel estaban reunidos en Mizpa, subieron los príncipes de los filisteos contra Israel; y al oír esto los hijos de Israel, tuvieron temor de los filisteos. 
8 Entonces dijeron los hijos de Israel a Samuel: No ceses de clamar por nosotros a Jehová nuestro Dios, para que nos guarde de la mano de los filisteos. 
9 Y Samuel tomó un cordero de leche y lo sacrificó entero en holocausto a Jehová; y clamó Samuel a Jehová por Israel, y Jehová le oyó. 
10 Y aconteció que mientras Samuel sacrificaba el holocausto, los filisteos llegaron para pelear con los hijos de Israel. Mas Jehová tronó aquel día con gran estruendo sobre los filisteos, y los atemorizó, y fueron vencidos delante de Israel. 
11 Y saliendo los hijos de Israel de Mizpa, siguieron a los filisteos, hiriéndolos hasta abajo de Bet-car. 
12 Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová.”
DIOS nunca nos abandona. El sabe perfectamente por lo que estamos pasando, lo que pensamos, lo que sentimos y lo que deseamos, porque nos conoce íntimamente.
El pueblo de Israel, Su pueblo estaba temeroso de los filisteos (v.7) y pidieron a Samuel que clame, que interceda por ellos. Hoy todos tenemos temores porque el enemigo viene con diferentes formas (plagas, desastres naturales, conflictos familiares, necesidades) Y así como Samuel hizo un sacrificio y JEHOVÁ le oyó (v.9), en este tiempo, gracias al sacrificio de JESÚS, nosotros podemos clamar ante el Trono de Gracia (Hebreos 4.16) y tenemos un intercesor amoroso, incansable y perfecto, el ESPÍRITU SANTO de DIOS (Romanos 8.26) Y el ESPÍRITU SANTO nos dice hoy “hasta aquí nos ayudó DIOS” No nos abandonará, no nos soltará, nos seguirá ayudando. Lo que ELOHIM inicia siempre lo termina y de la mejor manera.
Filipenses 1.6 “6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;”
Debemos ser agradecidos con DIOS por todas las pruebas y bendiciones, aunque no las entendamos, porque siempre tienen propósito.
Y así cómo Samuel le dijo a todo Israel que se vuelva de corazón a DIOS, saquen sus ídolos y preparen su corazón, así hoy, en nuestras casas, es tiempo de buscarle a DIOS en familia. DIOS nos quita del ruido del mundo y nos encierra en nuestras casas, con nuestras familias para que podamos encontrarnos con El. 
Es tiempo de buscar a DIOS, es tiempo de oración, es tiempo de familia y de limpiar nuestro corazón.
Con Fe y esperanza pidamos a DIOS, bendito sea El, que su amor y misericordia sea derramada en cada hogar.
Isaías 55.6 “6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.” 

miércoles, 18 de marzo de 2020

Juicio A Los Padres

Nuestro Papá terrenal representa a DIOS en nuestra alma y en nuestra mente. La relación que tenemos con nuestro Padre acá en la tierra, buena o mala, es el mismo tipo de relación que reproducimos con nuestro DIOS Padre.

Muchos venimos de hogares disfuncionales, otros nunca tuvieron hogares, y por lo tanto nos formamos un concepto erróneo de DIOS.

DIOS quiere que tengamos familia en la tierra para aprender y entender como vivir en familia con Él, acá en la tierra y luego en el cielo.

Pero en muchas familias nos faltó amor, comida, vestido, trabajo, y crecimos con muchas necesidades afectivas y materiales, con agresiones, y aún, soportando violaciones emocionales y físicas. Esto hace que tengamos dolor y resentimiento en nuestro corazón con nuestros Padres, y estas heridas las trasladamos a DIOS directamente, lo reflejamos a DIOS Padre.

Es tan importante esta relación de Padres e Hijos que DIOS envió primero a Juan El Bautista para que toda relación de Padres e Hijos pueda ser reconciliada antes que venga JESÚS trayendo la Salvación (Malaquías 4.6, Lucas 1.17)

Gracias al sacrificio en la cruz de JESÚS podemos sanar nuestro corazón, nuestras emociones y renovar nuestra mente.

Éxodo 20.12 “12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.”

Efesios 6.2–3 “2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;

3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.”

DIOS nos manda honrar a nuestros Padres, aunque muchas experiencias se convierten en juicio hacia ellos. Honrar no quiere decir hacer todo lo que nuestros Padres ordenan o dicen, no estar siempre de acuerdo con ellos, pero sí les debemos respeto, obediencia si dependemos de ellos, cubrir sus necesidades materiales en todo lo que podamos (si hay necesidad y tenemos los recursos para hacerlo), y sobre todo, dar amor y ser agradecidos. Ellos hicieron lo mejor que pudieron de acuerdo a sus circunstancias.

Podemos preguntarle a DIOS que nos muestre como fueron criados nuestros Padres.

Los juicios que tenemos hacia nuestros Padres terrenales nos impiden intimar con nuestro Padre que está en los cielos y no podemos acceder a las bendiciones que Él tiene para cada uno.

Desde que le recibí a JESÚS en mi corazón (21 años) hasta ahora, junto con mi esposa, la Rubia Hermosa, seguimos sanando nuestro corazón de los juicios hacia nuestros Padres.

Les relato un testimonio: desde que tenia10 años, hasta hoy, siempre me gustó usar el pelo largo. A mi Papá no le gustaba, y por más que le pedía, me obligaba a raparme toda la cabeza. Me molestaba mucho. El ESPÍRITU SANTO me dijo que yo le maldecía a mi Papá en mi corazón y que me guardé ese resentimiento. Según esta experiencia, para mí, DIOS es severo y no amoroso, y que no le interesa mis deseos.

Es imposible de ver, entender o reconocer todo esto, que está en lo profundo de nuestra alma, si el ESPÍRITU SANTO no nos revela. Además muchos acontecimientos nos duelen tanto que no queremos recordar, no queremos traer a la conciencia y revivirlos. Pero como toda herida se debe abrir para sanar y restaurar.

¿Por que lleva tanto tiempo?

Porque no se puede cambiar drásticamente nuestro corazón y nuestras emociones.

No tiene efecto una oración general sino que por cada evento, por cada juicio que formamos en nuestro corazón o lo pronunciamos por la boca, el ESPÍRITU SANTO nos recuerda, nos lleva a ese momento para orar, sanar y liberar nuestro corazón.

A medida que sanamos nuestro corazón nuestra relación con nuestros Padres terrenales cambia (ellos también se liberan y son bendecidos) y luego se refleja en nuestra relación con DIOS Padre. 

Cuando le conocí a JESÚS yo no podía abrazar y besar a mis Padres, tenía mucho dolor en contra de ellos. De a poco tuve amor y dedicación para ellos, y hoy puedo honrarles en vida.

Yo sé, por testimonios de muchas personas (mujeres y varones), que tuvieron relaciones desde crueles hasta inhumanas con sus Padres, abusos, castigos, injusticias, violaciones por lo que se hace muy difícil perdonar. Pero el ESPÍRITU SANTO nos dio una oración que dice así: “Yo quiero perdonar, pero yo no puedo porque es muy grave lo que me hicieron mis Padres, pero en las fuerzas de JESÚS tomo la decisión, y perdono a ... y le libero de todo juicio de mi corazón, y le bendigo en el nombre de JESÚS”

Es una decisión hacer esta oración en nuestra intimidad, y trae mucha paz. El ESPÍRITU SANTO les revelará si deben ir a pedir perdón a sus Padres personalmente. Y aun si nuestros Padres ya no están con nosotros debemos orar y liberar esas ataduras que produjeron nuestros juicios. 

Mateo 18.18 “18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.”

¡Gracias ESPÍRITU SANTO por las palabras en este escrito, bendito seas!

martes, 17 de marzo de 2020

Decido Perdonar

Perdonar es una decisión que debemos tomar aunque no tengamos fuerzas ni sentimientos para hacerlo.

Hechos 8.18-23 “18 Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero,

19 diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo.

20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.

21 No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.

22 Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón;

23 porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.”

Simón no tenía intenciones de servirle a DIOS sino comerciar el poder del ESPÍRITU SANTO.

Para servirle a DIOS tenemos que tener un corazón recto, íntegro. Una clara señal de tener un corazón recto es desear, con amor, hacer la voluntad de DIOS aunque, muchas veces, no la entendamos.

Para JESÚS lo más importante era siempre hacer la voluntad del Padre (Mateo 7.21)

No tenemos que ser perfectos para tener un corazón íntegro. Solamente aceptar la voluntad y el trato de DIOS para nuestras vidas en este momento. Y preguntarnos: que debo aprender, que debo entender, que debo liberar, que debo ponerme a cuentas con ELOHIM (Isaías 1.18) y no quejarnos, reclamar o criticar.

Los pensamientos incorrectos de nuestro corazón con que nos presentamos ante DIOS (reclamos, quejas, exigencias, juicios, etc.) nos revelan la amargura de nuestra alma.

Lucas 6.45 “45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.”

Pablo habla en Romanos que todos somos pecadores. Nadie está libre.

Romanos 3.12 “12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.”

Pedro le dice a Simón (Hechos 8.23) que está en profunda amargura que le tiene atado, encarcelado.

La amargura es un sentimiento de odio, ira, frustración y resentimiento, causado sobre todo por la injusticia recibida en sufrimiento o por circunstancias adversas. O sea cuando tenemos estos eventos adversos entran los demonios de odio, ira, frustración, etc. y nos manejan a través de nuestras emociones. Hacen vida en nosotros.

Job tenía amargura por lo que estaba pasando en su vida, que DIOS permitió con un propósito.

Job 10.1 “1 Está mi alma hastiada de mi vida; Daré libre curso a mi queja, Hablaré con amargura de mi alma.”

Ezequiel tenía amargura por la tarea (encomendada por JEHOVÁ) de ir a hablar al pueblo de Israel.

Ezequiel 3.14 “14 Me levantó, pues, el Espíritu, y me tomó; y fui en amargura, en la indignación de mi espíritu, pero la mano de Jehová era fuerte sobre mí.”

A través de Jeremías ELOHIM le habla a Jerusalén que por las obras y el camino que optaron tendrán amargura.

Jeremías 4.18 “18 Tu camino y tus obras te hicieron esto; esta es tu maldad, por lo cual amargura penetrará hasta tu corazón.”

Noemi se llenó de amargura al perder a su marido y sus hijos. Culpa a DIOS de todo esto.

Rut 1.20–21 “20 Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso. 

21 Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?”

Y Jeremías también le reclama a JEHOVÁ por lo que él está pasando, viendo la ira sobre Judá.

Jeremías 15.17–18 “17 No me senté en compañía de burladores, ni me engreí a causa de tu profecía; me senté solo, porque me llenaste de indignación.

18 ¿Por qué fue perpetuo mi dolor, y mi herida desahuciada no admitió curación? ¿Serás para mí como cosa ilusoria, como aguas que no son estables?”

Pero para vivir realmente la nueva vida con JESÚS debemos quitar toda amargura. 

Efesios 4.31 “31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.” 

Y la manera de quitarnos toda amargura es perdonar. Este es el antídoto perfecto para sanar y liberar toda amargura, todo resentimiento, toda herida.

Perdonar quiere decir olvidar lo que nos hizo daño y que lo teníamos escondido en nuestra alma (subconsciente).

Nuestro DIOS perdona y olvida nuestro pecados, algo que le duele a Él.

Miqueas 7.18-19 “18 ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. 

19 El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.”

Perdonar y aceptar la voluntad de DIOS es lo que trae paz a nuestro corazón. Y es una decisión que debemos tomar. Una vez que tomamos la decisión, y oramos, entonces viene el ESPÍRITU SANTO a sanar nuestra heridas y restaurarnos.

Debemos pedir revelación y orar por cada evento que tuvimos y que nos hizo daño. El ESPÍRITU SANTO nos va a traer a memoria de esos momentos.

Un ejemplo de oración: “ESPÍRITU SANTO, te ruego me dirijas en oración. Yo decido perdonar a ... me duele lo que me hizo pero en las fuerzas de JESÚS tomo la decisión, y le perdono, y le libero de mi corazón y le bendigo. Y en el nombre de JESÚS me libero y saco toda amargura de mi alma”

Muchas veces, por la falta de entendimiento, le culpamos DIOS de los que nos pasa, y aunque Él no tiene la culpa debemos orar y perdonar a DIOS para liberar nuestra alma. Esto lo vimos también en los ejemplos Bíblicos.

La falta de perdón afecta directamente a nuestro cuerpo.

¡Le damos gracias a JESÚS, bendito sea Él, y que traiga luz a nuestros corazones!


martes, 10 de marzo de 2020

Guerra Espiritual

Andamos en la carne pero no militamos en la carne , o sea, vivimos en la carne pero no batallamos en la carne sino en el espíritu. Nuestra guerra es espiritual.

2 Corintios 10.3–5 “3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne;

4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,

5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,”

Proclamar las promesas en la Palabra de DIOS es el inicio de la Guerra Espiritual.

La guerra espiritual que debemos hacer es ponernos a cuenta con DIOS y purificar nuestras intenciones del corazón y luego tendremos autoridad para enfrentar y reprender a satanas (Isaías 1.18)

Zacarías 4.6 “6 Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.”

Solamente con el ESPÍRITU SANTO y no con nuestras fuerzas humanas que son inservibles ante las espirituales.

Santiago en el capítulo 4.1-3 nos habla que tenemos Guerras y pleitos de nuestras pasiones. Que no pedimos o pedimos mal para nuestro deleite solamente, y no para acercarnos a DIOS.

Una buena pauta para pedir es preguntarse si lo que pedimos honra a DIOS o no. Si no lo honra es solo para nuestro deleite. De cualquier manera DIOS sabe de las intenciones de nuestro corazón.

La verdadera liberación es la que hacemos nosotros con DIOS dirigidos por el ESPÍRITU SANTO.

Santiago 4.6–8 “6 Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.

7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.

8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.”

Podemos preguntar al ESPÍRITU SANTO sobre que nos impide acercarnos a Él (orgullo, soberbia, reclamos, vicios, etc.). Limpiar las manos es arrepentirnos y renunciar a todo pecado.

En Eclesiastés 5.1-7 las Escrituras nos habla del doble ánimo que es la hipocresía en nuestro corazón.

El que quiere servir a dos señores, el que promete y no cumple, el que conoce y no obedece es de doble ánimo.

Es tan importante depurar nuestro corazón para tener Autoridad Espiritual como también entender cada liberación que pasamos porque en cada área que triunfamos tenemos más Autoridad para reprender y ayudar a otros personas con el mismo problema.

La Biblia está llena de Promesas de DIOS (más de tres mil) para nuestra vidas.

¡Le damos gracias y alabanzas a ELOHIM por todo lo que podemos comprender y compartir!


martes, 3 de marzo de 2020

Fe

La fe no es proclamar todas las cosas que queremos de nuestra mente o de nuestras emociones. 

Hebreos 11.1 “1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”

Fe es creer en JESÚS y la obra redentora que hizo por nosotros en la cruz. Tener la certeza que nos espera la vida eterna con Él. No vemos pero estamos seguros de que así será.

JESÚS dice a Pablo:

Hechos 26.18 “18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.” 

Esta es la Fe que nos regala beneficios espirituales.

Romanos 8.32 “32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”

La verdadera Fe que necesitamos para vencer en este mundo es creer en JESÚS hijo de DIOS.

1 Juan 5.5 “5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?”

No podemos fijarnos una meta (dinero, casa, familia, aspiración personal, etc.) y proclamar con Fe para que se realice. Esto más bien entraría en el área de la metafísica y no es Fe que viene de DIOS.

La Fe es un don de DIOS.

Efesios 2.8 “8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;”

Y tenemos Fe gracias al ESPÍRITU SANTO.

Juan 14.17 “17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.”

1 Corintios 12.7 “7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.”

El ESPÍRITU SANTO completo está en nosotros o sea que toda la Fe de DIOS la tenemos dentro nuestro. Cuando los apóstoles le pidieron a JESÚS “auméntanos ...” 

Lucas 17-5.6 “5 Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.

6 Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.”

La Fe no se aumenta sino que se libera. Toda la Fe de DIOS que tenemos se va liberando a medida que sanamos y limpiamos nuestro corazón porque a la vez depuramos nuestra alma.

Únicamente así el ESPÍRITU SANTO puede brillar con poder a través nuestro.

¡Gracias ESPÍRITU SANTO de DIOS, bendito y alabado seas!

JEHOVÁ Solícito

A veces no recibimos una respuesta de nuestro Padre que está en los cielos. En los versículos a continuación veremos cómo y dónde presentarnos.

Acercarse ante DIOS con reverencia, con buen ánimo y sabiendo que Él está atento a nuestra oración es lo que debemos de tener en cuenta para recibir una respuesta. 

Hebreos 12.12–16 “12 Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas;

13 y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.

14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;

16 no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.”

Con arrepentimiento y dejando el pecado para alcanzar la gracia (v.15-16)

Hebreos 12.18 “18 Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad,”

No estamos ante cualquier monte terrenal.

Hebreos 12.22–24 “22 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, 

23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, 

24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.”

Debemos ir a la Corte Celestial pidiendo misericordia y presentar nuestro caso al Juez Justo de todos (v.23-24), ante el Trono de Gracia (Hebreos 4.16)

Además Joel dice que nos volvamos a JEHOVÁ de todo nuestro corazón que es un recordatorio de los mandamientos (Deuteronomio 6.5-6)

Joel 2.12–13 “12 Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento.

13 Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.”

Y DIOS está Solícito para perdonarnos.

Joel 2.17-18 “17 Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios? 

18 Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo.”

Y bendecirnos.

Joel 2.19-24 “19 Responderá Jehová, y dirá a su pueblo: He aquí yo os envío pan, mosto y aceite, y seréis saciados de ellos; y nunca más os pondré en oprobio entre las naciones. 

20 Y haré alejar de vosotros al del norte, y lo echaré en tierra seca y desierta; su faz será hacia el mar oriental, y su fin al mar occidental; y exhalará su hedor, y subirá su pudrición, porque hizo grandes cosas. 

21 Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas. 

22 Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos. 

23 Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio. 

24 Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite.”

Y restituirnos todo lo que nos fue quitado con engaños.

Joel 2.25-27 “25 Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros. 

26 Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado. 

27 Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.”

DIOS está esperando ansioso, anhelante, atento a que presentemos nuestros casos (uno por uno) ante la Corte Celestial donde Él es Juez Justo de todos, con deseos de bendecirnos y restituirnos todo lo que perdimos.

Él nos dará un veredicto de bendición para cada caso.

Como experiencia, cuando empezamos a orar así DIOS nos da una Promesa que declaramos en

Deuteronomio 28.12 “12 Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado.”

¡Bendito y alabado seas JEHOVÁ de los ejércitos!


El Día De La Prueba

Toda nuestra existencia será tiempo de preparación y tiempo de prueba que nos arrime a DIOS. Jeremías 17.9–10 “9 Engañoso es el corazón más ...