Isaías 30.1 “1 ¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado!”
En los días difíciles, nuestros miedos, nos llevan a buscar ayuda, pero muchos tomamos consejos de nuestro entendimiento, o de otros, y no de DIOS. Esto nos lleva de tropiezo en tropiezo sin hallar el camino correcto.
Isaías 30.9–11 “9 Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová;
10 que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras;
11 dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel.”
Porque somos hijos rebeldes y mentirosos que nos apartamos de los Mandamientos y de Su intimidad. Pero es tanto el amor (incomprensible para nuestra mente) y misericordia de DIOS que El espera y nos da tiempo para volvernos a El. Y siempre, con tanta paciencia, nos busca de nuevo, una y otra vez.
Isaías 30.18–26 “18 Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él.
19 Ciertamente el pueblo morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá.
20 Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus Isaías maestros.
21 Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda.
22 Entonces profanarás la cubierta de tus esculturas de plata, y la vestidura de tus imágenes fundidas de oro; las apartarás como trapo asqueroso; ¡Sal fuera! les dirás.
23 Entonces dará el Señor lluvia a tu sementera, cuando siembres la tierra, y dará pan del fruto de la tierra, y será abundante y pingüe; tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en espaciosas dehesas.
24 Tus bueyes y tus asnos que labran la tierra comerán grano limpio, aventado con pala y criba.
25 Y sobre todo monte alto, y sobre todo collado elevado, habrá ríos y corrientes de aguas el día de la gran matanza, cuando caerán las torres.
26 Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la herida de su pueblo, y curare la llaga que él causó.”
Nuestro DIOS renueva cada día Sus Misericordias (Lamentaciones 3.22-23) y a los que permanecen traerá bendiciones (v.18-19)
DIOS mismo permite que tengamos adversidades y aflicciones (v.20) con algún (o varios) propósito específico. La congoja es una pena muy intensa por una gran desgracia o temor a que suceda, y la angustia es un sentimiento de aflicción intenso a causa de un gran peligro o la amenaza de una desgracia. Pero nuestro Maestro, nuestro Ayudador, el ESPÍRITU SANTO no nos será quitado, siempre podremos contar con El, y además, lo veremos, esto es entraremos en intimidad con El.
Y el ESPÍRITU SANTO nos guiará y no dejará que nos apartemos del camino correcto (v.21)
Solo entonces podremos limpiar nuestro corazón de ídolos, vicios, amarguras, rebeldías, maldiciones, y vamos a tener la autoridad de decirle a cada uno: “Fuera de mi vida en el nombre de JESÚS” (v.22)
Cuando liberamos y limpiamos nuestro interior, cuando caen las murallas (esquema de pensamiento) que nos separaban de ELOHIM, El nos trae las bendiciones (v23-25), no tenemos que ir a buscarlas sino que las bendiciones nos alcanzarán (Deuteronomio 28.2).
Es muy ilustrativo como está en otra traducción la palabra de Isaías 30.24 “24 Los bueyes y los burritos que aran la tierra comerán trigo, cuya pana será llevada por el viento” (La Biblia al Día) El viento traerá la provisión de alimentos, el viento traerá prosperidad, no nuestro esfuerzo, no nuestra mente, no nuestra habilidad. La gloria sea solo para DIOS. Y esta prosperidad todos la verán, y será siete veces mayor (v.26)
JEHOVÁ cierra y restaura las heridas que El permitió con el propósito de rescatarnos y renovarnos para vivir íntimamente con El.
Todo esto alcanzamos con solo desear, confiar y permanecer en El.
Vivimos tiempos complicados y de incertidumbre pero ELOHIM, bendito sea El, dice en Isaías 30.15 “15 Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza...”
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