A veces no recibimos una respuesta de nuestro Padre que está en los cielos. En los versículos a continuación veremos cómo y dónde presentarnos.
Acercarse ante DIOS con reverencia, con buen ánimo y sabiendo que Él está atento a nuestra oración es lo que debemos de tener en cuenta para recibir una respuesta.
Hebreos 12.12–16 “12 Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas;
13 y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.
14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
16 no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.”
Con arrepentimiento y dejando el pecado para alcanzar la gracia (v.15-16)
Hebreos 12.18 “18 Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad,”
No estamos ante cualquier monte terrenal.
Hebreos 12.22–24 “22 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,
23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,
24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.”
Debemos ir a la Corte Celestial pidiendo misericordia y presentar nuestro caso al Juez Justo de todos (v.23-24), ante el Trono de Gracia (Hebreos 4.16)
Además Joel dice que nos volvamos a JEHOVÁ de todo nuestro corazón que es un recordatorio de los mandamientos (Deuteronomio 6.5-6)
Joel 2.12–13 “12 Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento.
13 Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.”
Y DIOS está Solícito para perdonarnos.
Joel 2.17-18 “17 Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?
18 Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo.”
Y bendecirnos.
Joel 2.19-24 “19 Responderá Jehová, y dirá a su pueblo: He aquí yo os envío pan, mosto y aceite, y seréis saciados de ellos; y nunca más os pondré en oprobio entre las naciones.
20 Y haré alejar de vosotros al del norte, y lo echaré en tierra seca y desierta; su faz será hacia el mar oriental, y su fin al mar occidental; y exhalará su hedor, y subirá su pudrición, porque hizo grandes cosas.
21 Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas.
22 Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos.
23 Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.
24 Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite.”
Y restituirnos todo lo que nos fue quitado con engaños.
Joel 2.25-27 “25 Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros.
26 Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado.
27 Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.”
DIOS está esperando ansioso, anhelante, atento a que presentemos nuestros casos (uno por uno) ante la Corte Celestial donde Él es Juez Justo de todos, con deseos de bendecirnos y restituirnos todo lo que perdimos.
Él nos dará un veredicto de bendición para cada caso.
Como experiencia, cuando empezamos a orar así DIOS nos da una Promesa que declaramos en
Deuteronomio 28.12 “12 Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado.”
¡Bendito y alabado seas JEHOVÁ de los ejércitos!
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