martes, 3 de marzo de 2020

Fe

La fe no es proclamar todas las cosas que queremos de nuestra mente o de nuestras emociones. 

Hebreos 11.1 “1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”

Fe es creer en JESÚS y la obra redentora que hizo por nosotros en la cruz. Tener la certeza que nos espera la vida eterna con Él. No vemos pero estamos seguros de que así será.

JESÚS dice a Pablo:

Hechos 26.18 “18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.” 

Esta es la Fe que nos regala beneficios espirituales.

Romanos 8.32 “32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”

La verdadera Fe que necesitamos para vencer en este mundo es creer en JESÚS hijo de DIOS.

1 Juan 5.5 “5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?”

No podemos fijarnos una meta (dinero, casa, familia, aspiración personal, etc.) y proclamar con Fe para que se realice. Esto más bien entraría en el área de la metafísica y no es Fe que viene de DIOS.

La Fe es un don de DIOS.

Efesios 2.8 “8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;”

Y tenemos Fe gracias al ESPÍRITU SANTO.

Juan 14.17 “17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.”

1 Corintios 12.7 “7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.”

El ESPÍRITU SANTO completo está en nosotros o sea que toda la Fe de DIOS la tenemos dentro nuestro. Cuando los apóstoles le pidieron a JESÚS “auméntanos ...” 

Lucas 17-5.6 “5 Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.

6 Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.”

La Fe no se aumenta sino que se libera. Toda la Fe de DIOS que tenemos se va liberando a medida que sanamos y limpiamos nuestro corazón porque a la vez depuramos nuestra alma.

Únicamente así el ESPÍRITU SANTO puede brillar con poder a través nuestro.

¡Gracias ESPÍRITU SANTO de DIOS, bendito y alabado seas!

JEHOVÁ Solícito

A veces no recibimos una respuesta de nuestro Padre que está en los cielos. En los versículos a continuación veremos cómo y dónde presentarnos.

Acercarse ante DIOS con reverencia, con buen ánimo y sabiendo que Él está atento a nuestra oración es lo que debemos de tener en cuenta para recibir una respuesta. 

Hebreos 12.12–16 “12 Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas;

13 y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.

14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;

16 no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.”

Con arrepentimiento y dejando el pecado para alcanzar la gracia (v.15-16)

Hebreos 12.18 “18 Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad,”

No estamos ante cualquier monte terrenal.

Hebreos 12.22–24 “22 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, 

23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, 

24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.”

Debemos ir a la Corte Celestial pidiendo misericordia y presentar nuestro caso al Juez Justo de todos (v.23-24), ante el Trono de Gracia (Hebreos 4.16)

Además Joel dice que nos volvamos a JEHOVÁ de todo nuestro corazón que es un recordatorio de los mandamientos (Deuteronomio 6.5-6)

Joel 2.12–13 “12 Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento.

13 Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.”

Y DIOS está Solícito para perdonarnos.

Joel 2.17-18 “17 Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios? 

18 Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo.”

Y bendecirnos.

Joel 2.19-24 “19 Responderá Jehová, y dirá a su pueblo: He aquí yo os envío pan, mosto y aceite, y seréis saciados de ellos; y nunca más os pondré en oprobio entre las naciones. 

20 Y haré alejar de vosotros al del norte, y lo echaré en tierra seca y desierta; su faz será hacia el mar oriental, y su fin al mar occidental; y exhalará su hedor, y subirá su pudrición, porque hizo grandes cosas. 

21 Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas. 

22 Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos. 

23 Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio. 

24 Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite.”

Y restituirnos todo lo que nos fue quitado con engaños.

Joel 2.25-27 “25 Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros. 

26 Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado. 

27 Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.”

DIOS está esperando ansioso, anhelante, atento a que presentemos nuestros casos (uno por uno) ante la Corte Celestial donde Él es Juez Justo de todos, con deseos de bendecirnos y restituirnos todo lo que perdimos.

Él nos dará un veredicto de bendición para cada caso.

Como experiencia, cuando empezamos a orar así DIOS nos da una Promesa que declaramos en

Deuteronomio 28.12 “12 Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado.”

¡Bendito y alabado seas JEHOVÁ de los ejércitos!


domingo, 2 de febrero de 2020

Promesas de DIOS

2 Corintios 10.1–5 “1 Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros;

2 ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que usar de aquella osadía con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduviésemos según la carne.

3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne;

4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,

5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,”

Pablo reconoce que todos somos humanos, que él mismo esta sujeto a la fragilidad que tenemos en este mundo, en nuestra carne, que estamos expuestos a necesidades, limitaciones, tentaciones, y aflicciones, pero aun así él no reacciona en la carne.

En estos versículos Pablo habla a los Corintios reconociendo la fragilidad humana viviendo en este mundo. Que todos tenemos necesidades, afanes, aflicciones pero que militamos en el Espíritu no en la carne. Y nuestras armas espirituales son poderosas para destruir fortalezas.

Las fortalezas son estructuras mentales (con razonamiento y lógica propias pero incorrectas) que nos insertó satanas cuando le abrimos puertas en nuestro corazón. Por medio de estas fortalezas estamos esclavizados, atados a una manera de pensar, y por lo tanto de actuar, que no son de DIOS. 

Efesios 6.12 “12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”

Es crucial entender que las Promesas que DIOS nos da en las Escrituras son las verdaderas armas espirituales que debemos usar para derribar toda fortaleza y deshacer todo argumento que se levanta en contra del conocimiento de DIOS.

Las Promesas de DIOS reveladas a cada uno, a través del ESPÍRITU SANTO, tienen el poder de echar por tierra todos los argumentos, y hacer prisionero todo pensamiento a la obediencia a CRISTO (2 Corintios 10.5)

En Mateo 4.1-11 está escrito como JESÚS fue llevado al desierto por el ESPÍRITU SANTO para ser tentado. JESÚS reprendió a satanas con Promesas en la Palabra. El dijo “escrito está” (v. 4, 7 y 11) Y de esta manera debemos derribar toda mentira que quieren implantarnos.

En mi lucha personal contra el pecado DIOS me da una promesa que está en Romanos 6.14. Y repetía, creyendo, que “el pecado no se va a enseñorear de mi

El ESPÍRITU SANTO, nuestro especial Ayudador, está con nosotros para recordarnos y guiarnos en oración con las Promesas que ya son nuestras por la Palabra de DIOS.

DIOS cumple Sus Promesas siempre. A Su manera y en Su tiempo (Deuteronomio7.9)

Nos unimos fuertemente a DIOS a través de Sus Promesas. Todo el Evangelio es una Promesa de DIOS hecha luego del pecado original (Génesis 3.15, Gálatas 4.28)

Con toda confianza podemos pedirle al ESPÍRITU SANTO que nos dé una Promesa de la Palabra cuando oremos. Y con mas razón cuando estamos en una prueba, ante un conflicto, con un problema.

Orar con una Promesa es el inicio de la solución ante cualquier conflicto.

¡Gracias ESPÍRITU SANTO, bendito y alabado seas!

Autoridad Espiritual

En el capítulo 22 Isaías habla del juicio de JEHOVÁ sobre Jerusalén, y a pesar de llamar al arrepentimiento, el  pueblo está de fiesta comiendo y bebiendo (v.12-13)

El administrador del palacio Sebna es degradado y Jehová nombra a Eliaquim (DIOS establecerá) como reemplazante con plena autoridad para gobernar sobre la Casa de David (v.22)

Desde la creación DIOS le dio al hombre Autoridad Terrenal y Espiritual (Génesis 1.27-28, 2.7) Con el pecado original el hombre pierde la Autoridad Espiritual (no así la Terrenal) ya que el ESPÍRITU SANTO se aleja. Pero gracias a JESÚS recuperamos esta Autoridad Espiritual con el ESPÍRITU SANTO que mora en nosotros (Juan 14.23)

Tenemos Autoridad Espiritual dada por DIOS a través del ESPÍRITU SANTO.

Mateo 16.17-19 “17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 

18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.

19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.”

JESÚS nos enseña que por la revelación (v.17) del ESPÍRITU SANTO todo el pueblo de DIOS (v.18) tendrá Autoridad Espiritual para atar y desatar en los cielos (v.19)

Solamente con el ESPÍRITU SANTO y Su revelación podemos vencer las batallas espirituales y vivir en bendición.

No debemos orar en contra de las personas, ni atarlas, ni desatarlas, sino sanar nuestro corazón, perdonar, liberar y bendecir. 

Cuando tenemos un corazón sano podemos escuchar la voz del ESPÍRITU SANTO más claramente para orar y reprender con Autoridad.

Si estamos a cuentas con DIOS (Isaías 1.18) entonces debemos orar por las bendiciones que no estamos recibiendo. Podemos recordarle a DIOS que no nos llegan las bendiciones y preguntarle porque.

¡Gracias mi DIOS y Señor, bendito seas!

martes, 24 de diciembre de 2019

Miedo Y Temor

El miedo y el temor son emociones similares pero según la definición de DRAE el miedo puede ser real o imaginario y el temor una presunción o sospecha.
1º Reyes 19.1–4
“1 Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas.
2 Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos.
3 Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. 
4 Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.”
El miedo es un vigilante de maldad en los aires (trata este tema en “Decretos” en el blog “Sendas Correctas”) que nos acecha, queriendo influenciar y gobernar nuestra mente y emociones. El miedo nos paraliza y no podemos cumplir el propósito de DIOS.
Isaías 29.13 “13 Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;”
El miedo hace que no seamos sinceros con DIOS y le hablemos de boca para afuera.
Naturalmente fuimos creados para buscarle a DIOS (todos buscan un ser superior) y para tener temor de DIOS pero satanas confunde esta aptitud para desviarnos de los caminos de DIOS.
El miedo nos despersonaliza completamente y cambia nuestro comportamiento y reacciones. Distorsiona nuestra mente, perdemos la memoria, queremos tener control y tomamos malas decisiones. Somos otras personas cuando nos controla el miedo.
El miedo nos saca la paz, la felicidad y el sueño. Nos hace vulnerables.
No debemos permitir que ese miedo nos envuelva.
Hacer algo que alivie el miedo temporalmente no resulta, solo nos da mas miedo
Isaías 51.12 “12 Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno? 
1 Juan 4.18 “18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.”
El que teme no ha sido perfeccionando en el amor.
Con el ESPÍRITU SANTO, pidiendo sabiduría y revelación (Santiago 1.5), debemos encontrar la raíz o sea el momento en el cual dejamos entrar a este espíritu. Ponernos a cuenta con DIOS en el nombre de JESÚS, echarle al espíritu de miedo de nuestra vidas y pedirle a JESÚS que ocupe ese lugar en nuestro corazón. El amor de DIOS impedirá todo temor.

Nueva Circuncisión

En Josué 5.1-12 está escrito que al cruzar el río Jordán (el que desciende) JEHOVÁ le dijo a Josué que haga una segunda circuncisión a los hijos de Israel (v.2) DIOS quería renovar Su Pacto para entregarles la Tierra Prometida, la Bendición prometida a Sus Padres. JEHOVÁ quitó el oprobio del pueblo de Israel (v.9) Luego festejaron la Pascua (v.10) y al día siguiente comieron del fruto de la Tierra (v.11) y cesó el Maná (v.12)

DIOS nos mantiene con Maná hasta que crucemos a la Tierra Prometida, la Tierra de Bendición que tiene para cada uno de nosotros. No tenemos todo, ni a la manera, ni en el tiempo que quisiéramos debido a que seguimos quejándonos y reclamando, y no vemos o entendemos el propósito divino. Pero suple todas nuestras necesidades, y seguirá así hasta que tomemos la decisión de pasar a conquistar lo que DIOS tiene preparado.

Así como Israel le culpó a JEHOVÁ o a Moisés de haberle traído a morir al desierto nosotros hoy le culpamos a otras personas de todo lo que nos sucede y por esto no le obedecemos, y no nos hacemos responsables ante DIOS de nuestro actos (v.6)

Debemos entender que la Tierra Prometida de cada uno es el lugar de shalom y gozo, donde cumplimos Su perfecta Voluntad y vivimos en intimidad con Él. No precisamente el lugar de riquezas y ensueño que muchos pensamos. DIOS se ocupa siempre de nosotros aunque no lo entendamos así.

Gilgal es el lugar donde JEHOVÁ quitó la esclavitud (v.9) e inicia una nueva vida para para Israel.

Romanos 2.28-29 “28 Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne;

29 sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.”

Para tener un nuevo inicio con JESÚS debemos hacer una circuncisión interior, en nuestro corazón quitando todo lo que nos impide escuchar la voz de DIOS.

Deuteronomio 10.16 “16 Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.”

Colosenses 2.11 “11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;”

Solo JESÚS puede quitar lo carnal en nosotros, purificarnos y traer santidad a nuestras vidas para tener intimidad con Él.

En el Antiguo Testamento los Judíos lo hicieron en su carne, hoy JESÚS lo hace en nuestros corazones. JESÚS quiere revalidar el pacto con nosotros, sanar nuestras heridas de todo lo pasado y llevarnos a la Tierra de Bendición. Él hace una circuncisión completa, no parcial, de manera que no dependamos del Maná sino que vivamos en plenitud según Su Voluntad.

Es muy importante tener presente que cuando Israel entró a la Tierra Prometida comieron de los frutos de esa tierra y se interrumpió el Maná (v.12) O sea cuando vivimos en bendición vamos a cosechar lo que sembramos.

Pidamos sabiduría al ESPÍRITU SANTO para sembrar correctamente.

Salmo 147.3 “3 El sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas.”

Solo debemos tomar la decisión y entregarnos a Él. Decirle “Sana mi corazón mi DIOS. Quiero dejar el Maná. Quiero un nuevo comienzo contigo en el nombre de JESÚS” Él está esperando.

¡Gracias JESÚS, bendito y alabado seas!

lunes, 9 de diciembre de 2019

Decretos

La lengua (nuestras palabras) tiene mucho poder y mas todavía como hijos de DIOS (Proverbios 18.21; 17.20; Salmos 140.1-3)
DIOS le dio autoridad al hombre (Adan) en la creación sobre todas las cosas y nosotros tenemos esa autoridad hasta hoy (Génesis 1.28) Esta autoridad nunca le fue quitada y lo que haga satanas lo hace a través del hombre.
Lo que manifestamos (bueno o malo) con nuestras palabras son declaraciones y decretos que llegan a las personas.
La pregunta es ¿quién dirige nuestras resoluciones, nuestras manifestaciones? ¿El ESPÍRITU SANTO?
Daniel 4.17 “17 La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres.”
DIOS nos habla en este versículo que el “decreto de los vigilantes” son las maldades que satanas y sus demonios desean para toda la humanidad y que envían estas sentencias, través de personas que se dejan influenciar, con palabras que hacen mucho daño. Aunque DIOS siempre tiene la última palabra, las heridas del corazón son permisos que satanas utiliza para enfrentarnos unos contra otros, todo lo contrario a las enseñanzas de JESÚS que quiere que nos amemos.
Con nuestra lengua somos jueces y verdugos de muchas personas. Criticamos y juzgamos a nuestras familias y sobre todo a nuestras autoridades. Esto no es del agrado de DIOS.
Honramos a nuestros padres cuando no le juzgamos, cuando no le criticamos (Deuteronomio 5.16, Mateo 15.4)
Y con respecto a las autoridades que DIOS puso y respalda dice en
Deuteronomio 17.12-13 “12 Y el hombre que procediere con soberbia, no obedeciendo al sacerdote que está para ministrar allí delante de Jehová tu Dios, o al juez, el tal morirá; y quitarás el mal de en medio de Israel. 
13 Y todo el pueblo oirá, y temerá, y no se ensoberbecerá.”
DIOS nos pide que no seamos jueces, y fue duro al indicar que hacer con los que no obedecen, con los rebeldes.
Ezequiel 7.10-11 “10 He aquí el día, he aquí que viene; ha salido la mañana; ha florecido la vara, ha reverdecido la soberbia. 
11 La violencia se ha levantado en vara de maldad; ninguno quedará de ellos, ni de su multitud, ni uno de los suyos, ni habrá entre ellos quien se lamente.”
En estos versículos habla de que la actitud del pueblo, la ignorancia y la violencia son una vara reverdecida
que trae consecuencias.
Las quejas traen muerte dice en 
Números 17.10 “10 Y Jehová dijo a Moisés: Vuelve la vara de Aarón delante del testimonio, para que se guarde por señal a los hijos rebeldes; y harás cesar sus quejas de delante de mí, para que no mueran.” 
Las bendiciones y las maldición que lancemos llegan siempre.
En Santiago 3.5–6 “5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! 
6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.”
Luego en los versículos 9 y 10 
“9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. 
10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.”
Solamente estando a cuentas con DIOS, haciendo Su la voluntad y con un corazón sano podemos estar protegidos de que no nos hagan daño las declaraciones que no sean voluntad de DIOS (Efesios 6.10-18)
Muchas veces los que nos agreden son solo instrumentos de DIOS para formarnos y crecer. Pero vemos la importancia de purificar nuestro corazón porque de la abundancia del corazón hablamos (Mateo 12.34) y no podremos refrenar nuestra lengua y hablar bendición con resentimientos, odios, envidias y falta de perdón. Si tenemos un corazón sano podremos bendecir aun cuando nos agredan o maltraten, y seremos realmente hijos dignos del DIOS de Israel.

El Día De La Prueba

Toda nuestra existencia será tiempo de preparación y tiempo de prueba que nos arrime a DIOS. Jeremías 17.9–10 “9 Engañoso es el corazón más ...