En Josué 5.1-12 está escrito que al cruzar el río Jordán (el que desciende) JEHOVÁ le dijo a Josué que haga una segunda circuncisión a los hijos de Israel (v.2) DIOS quería renovar Su Pacto para entregarles la Tierra Prometida, la Bendición prometida a Sus Padres. JEHOVÁ quitó el oprobio del pueblo de Israel (v.9) Luego festejaron la Pascua (v.10) y al día siguiente comieron del fruto de la Tierra (v.11) y cesó el Maná (v.12)
DIOS nos mantiene con Maná hasta que crucemos a la Tierra Prometida, la Tierra de Bendición que tiene para cada uno de nosotros. No tenemos todo, ni a la manera, ni en el tiempo que quisiéramos debido a que seguimos quejándonos y reclamando, y no vemos o entendemos el propósito divino. Pero suple todas nuestras necesidades, y seguirá así hasta que tomemos la decisión de pasar a conquistar lo que DIOS tiene preparado.
Así como Israel le culpó a JEHOVÁ o a Moisés de haberle traído a morir al desierto nosotros hoy le culpamos a otras personas de todo lo que nos sucede y por esto no le obedecemos, y no nos hacemos responsables ante DIOS de nuestro actos (v.6)
Debemos entender que la Tierra Prometida de cada uno es el lugar de shalom y gozo, donde cumplimos Su perfecta Voluntad y vivimos en intimidad con Él. No precisamente el lugar de riquezas y ensueño que muchos pensamos. DIOS se ocupa siempre de nosotros aunque no lo entendamos así.
Gilgal es el lugar donde JEHOVÁ quitó la esclavitud (v.9) e inicia una nueva vida para para Israel.
Romanos 2.28-29 “28 Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne;
29 sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.”
Para tener un nuevo inicio con JESÚS debemos hacer una circuncisión interior, en nuestro corazón quitando todo lo que nos impide escuchar la voz de DIOS.
Deuteronomio 10.16 “16 Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.”
Colosenses 2.11 “11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;”
Solo JESÚS puede quitar lo carnal en nosotros, purificarnos y traer santidad a nuestras vidas para tener intimidad con Él.
En el Antiguo Testamento los Judíos lo hicieron en su carne, hoy JESÚS lo hace en nuestros corazones. JESÚS quiere revalidar el pacto con nosotros, sanar nuestras heridas de todo lo pasado y llevarnos a la Tierra de Bendición. Él hace una circuncisión completa, no parcial, de manera que no dependamos del Maná sino que vivamos en plenitud según Su Voluntad.
Es muy importante tener presente que cuando Israel entró a la Tierra Prometida comieron de los frutos de esa tierra y se interrumpió el Maná (v.12) O sea cuando vivimos en bendición vamos a cosechar lo que sembramos.
Pidamos sabiduría al ESPÍRITU SANTO para sembrar correctamente.
Salmo 147.3 “3 El sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas.”
Solo debemos tomar la decisión y entregarnos a Él. Decirle “Sana mi corazón mi DIOS. Quiero dejar el Maná. Quiero un nuevo comienzo contigo en el nombre de JESÚS” Él está esperando.
¡Gracias JESÚS, bendito y alabado seas!
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