Las mujeres y los varones somos diferentes. Pensamos, comemos, reaccionamos, nos vestimos, hablamos de manera distinta (por citar algunas desemejanzas). Pero DIOS pensó hacernos así para que juntos seamos uno, para que nos complementemos. Tardé en comprender que cuando mi esposa, la “Rubia Hermosa”, venia a hablarme era para comunicarse, desahogarse, analizar y pensar. El varón piensa en silencio, la mujer conversando. Pero si le cortamos o interrumpimos queda frustrada. Muchas veces me relataba algún tema de su oficina, y yo le interrumpía con un consejo. Esto no era inteligente para la relación matrimonial porque ellas si o si van a comentar con otras personas (amigas en general) lo que tienen en su corazón si no las escuchamos nosotros.
ELOHIM me habla a través del versículo de Sofonias 3:17: “17Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.”
Así como nuestro DIOS calla de amor por todos nosotros, no nos reclama, no nos juzga, calla a pesar de nuestros errores, así debía yo aprender a callar y escuchar a mi esposa para que ella se sienta realizada como mujer. Por amor. Es uno de mis deberes como esposo dedicar un tiempo a escuchar todo lo que mi esposa desea y necesita conversar. La mayoría de las veces encuentran la solución o respuesta al terminar de hablar. Así como las mujeres necesitan hablar deben entender que los varones necesitan un tiempo y espacio para pensar. Es muy importante entender las diferencias con nuestros cónyuges. Y solo el ESPÍRITU SANTO nos podrá dar sabiduría para cada situación.
Excelente reflexión
ResponderBorrarNuestra esposa es una bendición de Jehova al igual que nuestros hijos! Hay que honrarlos y recibiremos la gracia!
ResponderBorrarBuenísimo Rodolfo!
DTB