JESÚS quiere sanar profundamente nuestra alma hasta ser una familia con Él así como Él es con DIOS Padre, ELOHIM de Israel.
Juan 17.21-22 “21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.”
Cuantos podemos sentir el amor de nuestro padre terrenal de esta manera. Y cuantos aunque, tengamos años de seguirle a DIOS, de ser Cristianos antiguos, podemos sentir el amor de DIOS Padre de esta manera que sentía JESÚS.
Esta en nuestra naturaleza humana el vivir arraigados a una familia que es el prototipo de como vamos a vivir en el cielo.
Si de niños no nos dieron amor, cariño, esperanza, estima, valoración, de grandes es natural que no demos ni esperaremos amor de nadie. No tenemos modelo. Por esto no podemos sentir, ni tan siquiera creer, en el amor de DIOS. Además lo reproducimos en nuestra vida diaria, en nuestro entorno, porque es lo que aprendimos, y es lo que llevamos en el alma, es lo que alberga nuestro corazón.
JESÚS pasó por todas las heridas físicas conocidas en la medicina y por todos los dolores del alma que alguna persona pudo pasar. Cada detalle de todo lo que Él pasó en la Cruz tiene un significado de restauración en nuestras vidas para nuestra vida terrenal y para nuestra vida espiritual, como por ejemplo: se hizo pobre para que seamos ricos (2 Corintios 8.9), llevó nuestras enfermedades, sufrió nuestros dolores, sufrió el castigo de nuestra paz y por sus llagas fuimos sanados (Isaías 53.4-5)
De igual modo pasó por esto:
Mateo 27.46 “46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
JESÚS sintió el rechazo de su padre, el abandono, el desamor, el desapego de su familia, para restaurar a todos los que sufrimos falta de amor en nuestras familias.
Este despego o abandono familiar se da por diferentes motivos. Sean razonables o irremediables igual causan dolor en nuestra alma.
Es muy importante que los niños reciban la seguridad y el amor familiar de niños para que puedan ser personas sanas que puedan amar y ser felices en la voluntad de DIOS.
Esta falta de arraigo familiar nos impide tener una relación familiar íntima con DIOS Padre.
Podemos orar, en el nombre de JESÚS, pidiendo perdón por todos los juicios y reclamos a DIOS por no tener familia, por todos los juicios y reclamos a nuestros padres por no tener una familiar unida, por no tener hermanos, por estar separados.
Gracias a JESÚS tenemos la oportunidad de restaurar los lazos familiares y sellarlos con amor para las para las futuras generaciones. Pero también trae bendiciones para nuestra generación e inclusive las anteriores si aún están con nosotros.
Demos gracias a DIOS por la familia que tenemos. Nuestros padres hicieron lo mejor que pudieron, con la sabiduría que ellos recibieron.
Isaías 53.3 “3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.”
Si JESÚS pasó por esta circunstancia debemos estar seguros de que es importante la unión familiar terrenal y la unión en familia con nuestro DIOS Padre. Es fundamental estar en íntima comunión con DIOS Padre para recibir dirección, sanidad, sabiduría, protección. Y todo con el amor de nuestro DIOS.
La Biblia nos da un plan general para nuestras vidas pero el plan particular, sobre nuestra pareja, familia, hijos, ministerio y dones, DIOS nos lo quiere decir personalmente a cada uno.
Salmo 63.8 “8 Está mi alma apegada a ti; Tu diestra me ha sostenido.”
Gracias JESÚS, bendito y alabado seas.
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