Muchos de nosotros venimos de hogares disfuncionales donde nuestros padres hicieron lo mejor que sabían para educarnos pero, en general, no recibimos testimonios, ni palabras de valoración para crearnos esperanza, confianza y seguridad de grandes. Mucho quedamos atrapados en la timidez, en la inseguridad, en los temores ante cualquier circunstancia.
Las muestras de amor, las palabras de respeto y valoración que los padres dan a los hijos, desde el vientre de la madre, son la herencia más rica que se pueda recibir, son pilares del desarrollo del alma y la mente saludables de las personas, en cualquier cultura.
En Números 13.33 vemos cómo los varones enviados por Moisés para reconocer la Tierra Prometida se sintieron temerosos e incompetentes (menos Caleb y Josué) Cuando vieron a los gigantes se vieron como langostas, se intimidaron. Esto trajo una rebelión en contra de JEHOVÁ.
Y así nos pasa hasta ahora. Si no sanamos completamente esta área de nuestro corazón nos afectará en nuestra relación con DIOS de la misma manera.
El sacrificio de JESÚS fue también para que podamos restaurar nuestro corazón de toda herida que nos fue causada. JESÚS pasó por todo padecimiento físico o emocional existente para restaurarnos con autoridad.
Y hoy nos dice en
Isaías 41.13 “13 Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.”
Pero mientras no sanemos nuestro corazón le damos derecho a satanas a seguir tratándonos injustamente, injuriados, desvalorizados, abusados. Pero cuando JESÚS, que penetra en lo profundo de nuestra alma (Hebreos 4.12), nos revela la raíz del problema podemos orar correctamente, y ser sanados y restaurados para recibir la valoración y el amor de DIOS que no sentíamos antes.
Siempre DIOS nos valora como un diamante especial a cada uno, solo que cuando sanamos nuestro corazón recién podemos recibir y vivir diferentes.
Nuestro testimonio (de mi esposa y mío) respecto a este tema es que durante nuestra niñez y adolescencia nuestros padres nos trataron muy duramente debido a que así también ellos fueron criados, y no supieron darnos ni amor ni cariño ni valor. Al contrario. Según ellos todo lo que hacíamos lo hacíamos mal y debíamos hacer todo a su manera, a la manera de nuestros padres. Por más esfuerzo que poníamos en los estudios, en cualquier tarea siempre fuimos muy criticados.
Este control de nuestros padres sobre nosotros lo hacían para que no nos equivoquemos, es del modo que ellos querían protegernos, así fueron educados.
Este trato, a través de los años, crea una desconfianza que afecta profundamente nuestra autoestima, nuestra iniciativa y creatividad, y se arrastra a través de los años. En nuestra vida de mayores, en los trabajos, sentíamos, y nos expresaban, mucha desconfianza hasta en labores menores sin importancia.
Muchas personas viven de esta manera aceptando como normal este comportamiento.
Si creemos que JESÚS padeció por nosotros para liberar nuestra alma es la verdadera Fe.
Y nos dio al ESPÍRITU SANTO para que nos enseñe cómo hacer para sanarnos y recibir la libertad completa. El ESPÍRITU SANTO nos va a guiar a toda verdad en nuestra mente y lo más importante a toda verdad de nuestros corazones.
Juan 14.26 “ 26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”
Siguiendo con nuestro testimonio. Oramos y clamamos por sanidad hasta que un día recibimos la revelación y el entendimiento de todo lo que pasamos en nuestra niñez. Y nos dimos cuenta de todo el dolor y resentimiento hacia nuestros padres.
DIOS nos dió un Mandamiento en
Deuteronomio 5.16 “16 Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.”
Y oramos pidiendo perdón a DIOS por juicio a nuestros padres, perdonamos a nuestros padres (leer “Juicio A Los Padres” en otro escrito), pedimos perdón a DIOS si por nuestro dolor lastimamos a otras personas. Luego echamos de nuestro corazón a toda desconfianza y falta de valoración.
Ahora empezamos a ser restaurados recibiendo, y sintiendo, el amor de DIOS en nuestros corazones.
Para eso nuestra primera opción es, siempre, buscar en oración las respuestas.
DIOS permite que pasemos circunstancias difíciles porque es el camino para liberarnos y acercarnos a Él.
Job dijo: “De oídas te conocía y ahora mis ojos te ven” (Job 42.5) después de un duro trato en su vida.
DIOS nunca nos da algo más de lo que podamos resistir, y hoy Él nos va a mostrar como restaurar las palabras de valoración, amor y respeto en nuestras vidas tal como Él mismo nos ve.
¡Gracias mi DIOS, bendito y alabado seas!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
¡Gracias por tu comentario!