Una tarde de enero, en un campamento, salimos a caminar, con mi esposa la Rubia Hermosa, justo a la tardecita, y viendo un hermoso atardecer me dice que ahora ella se siente “amada y protegida”. Recién ahora luego de casi 20 años de casados (los cumplimos el 13 de marzo) Siempre fue un tema de controversia entre nosotros porque ella confesaba que nadie le quería, que nadie se ocupaba de ella, ni siquiera DIOS. Una carga para ambos, ya que naturalmente debía yo protegerla, cuidarla, amarla como a “vaso más frágil” (1 de Pedro 3:7). Y ella sentir este cuidado, esta protección, pero sus emociones no le trasmitían esto.
¿Que pasó para que suceda el cambio?
Oramos y preguntamos al ESPÍRITU SANTO. Desde nuestra unión conyugal en obediencia a DIOS, El mismo trató nuestros corazones. En estos 20 años fuimos sanando y corrigiendo muchas heridas, errores y vicios con el ESPÍRITU SANTO. Pero dentro de todo esto hay algo muy especial que DIOS cambio en mí.
Dice, respecto al amor, en 1 Corintios 13:5 (RVR60):“5no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor¨
Me di cuenta que, antes, yo me ocupaba primero de mí y luego, si tenía tiempo y ganas, de Anne. Pero ahora ella es primero. Y me gozo mas viendo que ella tenga todo lo que ella quiera, antes que yo. Estoy pendiente de mi esposa. Esta es mi demostración de amor hacia Anne: “estar pendiente de todos los detalles que necesite o, simplemente, desee” Llegar a esto fue un largo proceso. Y para cada persona son procesos y tiempos diferentes. Y DIOS tiene mucho trabajo para llegar a esta transformación cambiando nuestro corazón, nuestra mente, nuestra cultura (todas las costumbres que heredamos, lo que nos enseñaron y pasamos de niños)
Esta definición del libro de Corintios es tan sabia:“no busca lo suyo” Yo ahora no busco lo mío sino busco primero la satisfacción y el bienestar de ella y eso me conforta, me llena. Al cambiar yo, ella automáticamente, esta mas cariñosa, más comunicativa, más segura. Y nos iremos soltando mas. Creo que es el principio de una relación mas plena. Este es el plan de DIOS para cada matrimonio.
DIOS nos creó (a Su imagen y semejanza) para dar amor desinteresadamente (más tarde recibiremos tanto amor como dimos por ley de la siembra y la cosecha) Y esto sucede naturalmente en la medida que sanamos nuestro corazón. Es imposible dar o recibir con un corazón enmarañado de problemas, temores, mentiras, juicios y maldiciones.
Y este proceso es posible solo gracias a JESÚS. Con el ESPÍRITU SANTO, y solo con El, no con nuestras fuerzas, podemos estar seguros que el tiempo del amor, y la porción de “no busca lo suyo”, va a llegar mas tarde o mas temprano.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
¡Gracias por tu comentario!