DIOS hace un pacto con Abraham.
Génesis 12.2 “2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición
3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.”
Somos el fruto de la Fe de Abraham y tanto las bendiciones como las maldiciones vienen a través de las familias.
DIOS quiere que vivamos en familia que es como vamos a vivir con Él eternamente en el cielo. Es el DIOS de la familia (Éxodo 3.15-16), es nuestro Padre celestial (Mateo 6.32, 15.13) y gracias a JESÚS somos todos una sola familia, somos hermanos entre todos los que lo aceptamos (Efesios 2.11-17)
Y así, en familia, recibimos lo bueno o lo malo según vivieron nuestros ancestros, con DIOS o no.
Éxodo 20.2-6 “2 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.
4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.”
Muchos de nosotros no podemos disfrutar de muchas bendiciones de DIOS para nuestras vidas porque estamos pagando consecuencias de nuestros antepasados. Tenemos pecados de los cuales no podemos liberarnos porque tienen una raíz generacional.
Pero en Juan 1.9 está escrito que si confesamos nuestros pecados seremos limpios.
Debemos pedir la dirección del ESPÍRITU SANTO, que nos va a mostrar los pecados de nuestros antepasados para asumirlos y pedir perdón por cada uno de ellos. Muchos pecados que tuve que asumir de mis antepasados son carnales (vicios, adulterios, fornicación, abortos, robos, etc.) otros también almáticos, del corazón, como falta de perdón o maldecir a otras personas y además pecados espirituales como rechazar o maldecir a DIOS, o no darle honra, o el primer lugar a DIOS, o a JESÚS, o a el ESPÍRITU SANTO.
Un excelente ejemplo de oración está en
Nehemías 1.6-7 “6 esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.
7 En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo.”
Nehemías oraba día y noche, confesando, asumiendo y pidiendo perdón por los pecados de sus antepasados.
Y una vez que estemos a cuenta con DIOS (Isaías 1.18) vamos a recibir las bendiciones que DIOS dispuso para nosotros y nuestras familias pero tenemos la responsabilidad de pasar las bendiciones a las futuras generaciones. Esto lo podemos lograr siguiendo a JESÚS, siendo testimonio en nuestras vidas, enseñado (Deuteronomio 11.19-21) y bendiciendo (Génesis 27.26-29) a nuestros hijos.
¡Bendito y alabado seas ELOHIM de Israel!
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