Reconciliar significa volver a las amistades, o atraer y acordar los ánimos desunidos (DRAE en una de sus acepciones)
Entendamos porque debemos Reconciliarnos con DIOS.
En el momento en que DIOS sopló aliento de vida al hombre (Génesis 2.7) el ESPÍRITU SANTO vino al espíritu de Adan y podía, junto con Eva, estar cerca de DIOS, hablar con Él, como un Padre con su hijo. Pero con el pecado original el ESPÍRITU se aleja, y Adan y Eva son dirigidos por sus instintos y su alma, de lo cual se aprovecha satanas. Todo ser humano arrastra por herencia esta maldición por lo que necesitamos Reconciliarnos con DIOS. Por amor, DIOS mismo proveyó el camino, la manera de Reconciliarnos, de volver a encontrarnos con ÉL. Y esta manera es a través de la sangre que se derrama en una expiación.
Expiar significa borrar las culpas, purificarse de ellas por medio de algún sacrificio.
Levítico 16.6 “6 Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa.”
Antes, en el AT, por la sangre del sacrificio de un animal.
Romanos 5.11 “11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.”
JESÚS nuestro sumo sacerdote se dio a Sí mismo como Cordero Perfecto de expiación para que seamos reconciliados con nuestro Padre Celestial, nosotros y nuestra familia (Hechos 16.31), por eso ahora podemos llamar a DIOS: Padre, Papá, Papito mío.
Juan 1.36 “36 Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.”
En el momento que le aceptamos a JESÚS como Señor y Salvador de nuestras vidas se abre la Puerta de la Reconciliación.
2 Corintios 5.17–21 “17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;
19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.”
¿Ya entendiste en tu corazón que JESÚS pago el precio y dejo abierta la puerta para que podamos entrar al Trono de Gracia?
2 Corintios 5.20-21 “20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”
La Reconciliación la hacemos todos los días, personalmente en el Trono de Gracia. Nos ponemos a cuentas con DIOS por medio de la Reconciliación.
Isaías 1.18 “18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.”
Y es tan importante que afecta a nuestra familias (2 Corintios 5.18) y todas las personas que nos rodean porque la Luz de JESÚS, a través nuestro, les va a influenciar positivamente.Tanto las bendiciones como también las maldiciones vienen por familias (Génesis 12.3) Si tan solo alguno de la familia decide entregarse a JESÚS hay bendición para mil generaciones (Deuteronomio 7.9) No avanzamos si no tenemos Reconciliación con nuestro DIOS hasta limpiar todo nuestro corazón en los procesos que Él mismo prepara para cada uno de nosotros.
1 Pedro 1.18–20 “18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,
20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros,”
Por amor DIOS nos rescató del mundo por medio de la sangre de CRISTO.
Solo debemos venir al Trono de Gracia y decir: “Padre Celestial, hoy quiero Reconciliarme contigo. Te ruego me muestres todo lo que está mal en mi corazón y, me des sabiduría y fortaleza para restaurarme, en el nombre de JESÚS”